- ¡El siguiente! – Gritó la secretaria desde su oficina. Adrián se levantó con esfuerzo de su asiento de la sala de espera y caminó encorvado hasta la puerta del consultorio. Entró, y se sentó en la silla de los pacientes.
- Buenas tardes – Saludó. - ¿Cómo le va doctora? – La doctora seguía concentradísima llenando un formulario de algún paciente anterior. Levantó la mirada por encima de sus anteojos.
- Buenas tardes, señor… - Dijo mientras miraba en la lista de turnos el nombre de su paciente. - …señor Taborda… ¿Taborda? ¿Adrián? ¿Sos vos? – Dijo la doctora Volonté sin poder creerlo.
- El mismo. – Dijo sonriente abrazandola. - ¡Tanto tiempo! ¿Cómo anduviste estos quince años? –
- ¡Que sorpresa! – Se alegró María. - ¡La verdad que excelente! Tengo el título de medicina que siempre quise, me casé y formé una familia… La vida me sonríe… ¿Y a vos? –
- Me alegro… Y yo… Ves como tengo la espalda... – Dijo Adrián mostrando la joroba que tenía detrás. – La verdad es que tendría que haber seguido usando la venda ortopédica que me recetaron hace diecisiete años… No sé por qué volví a hacer gimnasia… Y ahora, me recomendaron que te visitara a vos para que veas posibilidad de cirugía… -
Candela se levantó apurada. El teléfono no paraba de sonar en la otra punta de la casa. Corriendo cruzó el pasillo de las habitaciones, y llegó al aparato.
- ¿Sí? – Contestó con voz de dormida.
- ¿Familia Enet? – Preguntó una voz grave.
- Sí, ¿Quién habla? – Se interesó la mujer.
- Hablo de Chaven y Rossetto Eventos… Quería confirmar su reunión con nuestras organizadoras para el horario de hoy a las cinco y treinta… -
- Sí, sí, está bien. – Dijo.
- Perfecto… Entonces nuestras organizadores van a preguntar por la señora Chalub… ¿Correcto? – Preguntó el telefonista.
- Sí, muchas gracias. Chau. – Dijo Candela y colgó. En ese mismo momento escuchó un grito que le sacó una sonrisa en la cara. Caminó alegre hasta la segunda puerta del pasillo y la abrió con delicadeza.
- ¡Mami! – Dijo la voz de una nena. - ¡Ya me devanté! –
- ¡Hola mi nena hermosa! ¡Hola mi amor! – La saludó Candela con ternura, dandole muchos besos. - ¿Cómo durmió mi princesa? -
- ¡Bien mami! – Dijo la chiquita sonriendo. – Mami ¿Hoy vamos a id a la casa de da tía Macu de nuevo? Hoy con Toto teníamos que admad una nueva choza pedo esta vez iba a sed más gande… -
- No, no vamos a id a da casa de da tía Macu… - Dijo Cande imitando su voz. – Porque hoy la tía Macu trabaja, y además mami a las cinco se tiene que reunir con dos amigas suyas que hace mucho que no ve para organizar el casamiento… -
- ¿En sedio? – Dijo la nena - ¿Vos y Álvaro se van a casad? –
- Sí, mi amor… - Dijo la madre emocionada. – Después de todo lo que pasó, por fin tu papá y yo nos vamos a casar como vos querés. -
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